viernes, 18 de enero de 2013

Camino a Tierra Santa



El alboroto fuera de su tienda hizo temer lo peor a Ricardo Corazón de León: aprovechando el acuerdo de paz, el sultán Saladino atacaba el campamento.

Al verlo aparecer, espada en mano y dispuesto a la batalla, los caballeros señalaron en el cielo la causa de su desasosiego: una luna triangular en creciente, rodeada por un halo que semejaba una cruz.

Ante tan extraña visión, el rey de los cruzados supo que no importaba cuántas treguas se pactaran, la ciudad de Jerusalén estaba condenada a una guerra eterna.


Imagen tomada de la red.


2 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Excelente modo de ficcionalizar la historia, José Manuel.

Mis aplausos.

Un abrazo,

Anónimo dijo...

Excelente minificción! Me transportó por un instante a la película de Cruzada.
Saludos
D